BULLYING


Irma Isabel Salazar Mastache


18/ago/2011

Ante el incremento de violencias en instituciones educativas, algunos estados de la república mexicana pretenden poner fin al bullying o acoso escolar implementando sanciones a padres de familia y maestros. De encubrir o no denunciar estas manifestaciones intolerantes, los padres de familia y maestros podrían ser procesados penalmente y alcanzar penas equiparables a las consideradas para la violencia intrafamiliar. Esta iniciativa de ley, según diarios oficiales de Nayarit, ya fue turnada al Senado de la República.

Sin desconocer la preocupación y el esfuerzo por querer remediar ciertas conductas violentas que perturban la tranquilidad de varias instituciones educativas del país, este escrito, intenta explicar en cinco puntos, por qué la violencia nunca será la mejor opción para remediar actitudes violentas entre los seres humanos. Y, por qué el bullying se considera como una de tantas manifestaciones violentas en las escuelas y sólo puede presentarse entre estudiantes.

1.- El bullying, es considerado como la manifestación más elevada de violencia al interior de las instituciones educativas. Pero, no todo lo que pasa en las escuelas es violencia, y no todas las violencias son bullying.

El psicólogo Dan Olweus, es el primer estudioso del tema bullying. En 1973 comienza a preocuparse de la violencia escolar en su país Noruega y se vuelca a partir de 1982 en el estudio de este fenómeno a raíz del suicidio de tres jóvenes en ese año. A finales de los 80's, Olweus desarrolla la definición para el acoso escolar o bullying, delimitando el concepto a la acción de cuando un estudiante es acosado o victimizado o cuando está expuesto de manera repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes. Bajo ésta definición, comenta el psicólogo, el bullying se puede describir como: 1) comportamiento agresivo o querer "hacer daño" intencionadamente; 2) llevado a término de forma repetitiva e incluso fuera del horario escolar; 3) una relación interpersonal que se caracteriza por un desequilibrio real o superficial de poder o fuerza. (1)

2.- Fuera del concepto de bullying, cualquier otra manifestación intolerante o violenta que se presente al interior y exterior de las escuelas o en algún otro espacio sociocultural en el que interactúen dos o más personas pertenece a otros conceptos. Sin embargo, de manera constante se le han venido sumando características a la definición de bullying, y más aún, se ha empleado el término bullying fuera de los escenarios escolares.

Ante tal confusión derivada del propio concepto, se puede creer que peleas ocasionales o desacuerdos esporádicos entre estudiantes son bullying, y por tanto, deben tener una sanción legal. De ahí, la importancia en reconocer que México tiene sus propias características, contextos y violencias; y que, el término bullying fue creado en otro país bajo situaciones y escenarios distintos.

Si lo que se pretende es cubrir las necesidades emocionales y de seguridad en lo estudiantes..
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EL BULLYING… una violenta realidad
Irma Isabel Salazar Mastache


23/ago/2011


Intimidar, someter, amedrentar y oprimir a los compañer@s del grupo o de la escuela son solo algunas características del bullying considerada como la manifestación más elevada de violencia que existe dentro de las instituciones escolares.


Durante los últimos años el bullying ha ido en incremento casi en la misma medida que la violencia intrafamiliar. De manera general surge cuando una de las partes no está dispuesta a hacer valer sus derechos humanos o sus garantías como ciudadanos. Permitiendo así que se manifieste la desigualdad y la injusticia.


La Organización Mundial de la Salud define la violencia como el uso intencional de la fuerza y el poder, sea éste físico o psicológico, para actuar contra sí mismo u otra persona, grupo o comunidad, lo que provoca un daño que puede ser físico, psicológico o social (Elliott, 2008:21)


Los estudiantes de primaria y secundaria de México no quedan exentos de este tipo de maltrato verbal, físico, psicológico o social. Algunos estudiantes de nuestro país no se sienten seguros dentro de sus escuelas, ya que, dentro de sus aulas y pasillos viven o son testigos de agresiones y burlas, de humillaciones y arrebatos de la dignidad.


Con frecuencia los alumnos que acosan a otros compañeros, también conocidos como los chicos bull o estudiantes problemáticos, suelen acompañarse de una banda o un grupo de estudiantes. Su papel, es apoyar al acosador con su presencia mientras comete actos violentos y motivarlo a continuar con aplausos, gritos, silencios y frases de admiración.


Estos estudiantes que se piensa que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra las víctimas, no siempre están de acuerdo con las escenas violentas que les toca presenciar. Algunos se suman tal vez por temor, por falta de personalidad, por la nula cultura de la denuncia o por miedo a ser la siguiente víctima. Sin saber, que su sola presencia en el momento en el que se está cometiendo un acto violento contra alguno de sus compañeros los convierte en testigos que aprueban esas violencias al mostrar una sonrisa, una ironía, una palmada o cualquier mueca de aceptación. Permitiendo que el chico bull o el estudiante problema, crezca, domine y continúe intimidando.



El bullying no es una práctica nueva ni algo que esté de moda, el bullying ha existido desde que existe la educación pública y privada, desde que existe la rivalidad entre compañeros y compañeras. Antes conocidos como los típicos gandayas que robaban el almuerzo, quitaban el dinero o amenazaban por conseguir un objetivo.



Hoy, el grado de violencia se ha elevado. Hoy, algunos estudiantes tienen miedo de asistir a la escuela. Hoy, algunos investigadores de violencias escolares consideran que el bullying se traduce en peleas, agresiones físicas o psicológicas, chantajes y corrupción, que se caracterizan por pretender el aislamiento social del agredido, mediante la circulación de difamaciones, amenazas o críticas que aluden a rasgos o limitaciones físicas.



El problema se agrava porque algunas víctimas que sufren acoso escolar no lo cuentan a los adultos con los que conviven, por distintos motivos a los que se tiene que estar alerta. Detectar de manera oportuna cualquier manifestación fuera de lo común o rara en los chicos (lesiones, perder constantemente sus útiles o dinero, negarse a asistir a la escuela, incumplir con tareas, pedir más dinero de lo que suelen llevar de manera constante, incrementar o dejar de llevar lunch sin justificarlo y volverse retraído), es responsabilidad de los adultos que viven con menores en casa.



Por su parte, las instituciones escolares deben ser conscientes que no están excentas del fenómeno del bullying y aunque se tenga un sólo alumno o alumna que intimida, amenaza, agrede o acosa a otro compañero ya se tiene la presencia del bullying en la institución.



Resolver el fenómeno del bullying o cualquier otra manifestación violenta al interior de las instituciones educativas requiere de medidas pacíficas y no violentas. Recordando que la violencia no sólo se manifiesta de manera física, también la violencia es psicológica, social, cultural, sexual y económica. Por tanto, las medidas que se tomen para mejorar la calidad de la convivencia en las instituciones y entre los estudiantes, profesores y padres y madres de familia, deben ser medidas que consideren la diversidad de pensamiento y la multiculturalidad de formas de ser y de hacer que conviven en ese espacio geográfico, también conocido como escuela, y que en realidad, es un espacio social y cultural.



Considerar a la interculturalidad para comprender y tolerar las diferencias que existen entre los diversos sujetos que interactúan de manera cotidiana en las instituciones educativas, es una alternativa, para reducir los conflictos escolares, mediar los ya existentes y mejorar la convivencia entre los estudiantes.



Para solucionar de manera pacífica los conflictos y problemas violentos que se viven en las escuelas no se requiere de tomar medidas extremas que estén dentro del mismo concepto de la violencia, como: suspender, castigar, golpear, quitar, reprobar o expulsar. Para solucionar pacíficamente, se necesita una colaboración responsable y compartida entre profesores, estudiantes, padres y madres de familia e instituciones gubernamentales. Se necesita, tomar acuerdos de manera común y trabajar de manera común sin dividir responsabilidades. Se necesita fomentar la colaboración entre familia-escuela-instituciones gubernamentales bajo el lema, Todo para todos. Teniendo presente, que esa víctima que sufre por intimidación o acoso escolar puede ser tu hijo, tu hija o tu estudiante.


Agosto, 2011.